sábado, 23 de agosto de 2014

RESISTIENDO AL COLONIALISMO

“Si el concepto de América no se puede separar de la idea de modernidad, el de Patagonia menos todavía. Los dos son representaciones de proyectos imperiales porque a fin de cuentas, la Argentina, no hizo más que concretar el designio que España no pudo”[1].

El pasado 8 de agosto visitó nuestra ciudad el periodista, escritor y licenciado en Ciencias Políticas Adrián Moyano. Oriundo de Buenos Aires, pero viviendo en Bariloche hace muchos años,  Moyano llegó a Viedma para presentar su segundo libro: “Komutuam, descolonizar la historia mapuche en Patagonia” (2013), en una actividad organizada por el Consejo Asesor Indígena de la Zona Atlántica en el Concejo Deliberante local.
En esta oportunidad, el libro de Moyano se centra en denunciar la continuidad del colonialismo en los países latinoamericanos y el nuestro puntualmente,  lo que implica una relación de marcada asimetría entre los centros de poder (las ciudades capitalistas) y los espacios sociales marginalizados (donde es posible identificar la resistencia de los pueblos originarios).
De la charla brindada en la ciudad, recogimos algunas reflexiones que creemos, colaboran en entender las características del nuevo/viejo coloniaje y las posibles herramientas de resistencia al proceso en curso.
Para los mapuche, no hubo "Revolucion de Mayo"
 “Categóricamente , hay que decir que trescientos años después de la llegada de los españoles a las costas del Río de la Plata, las diversas parcialidades que conformaban el pueblo mapuche seguían en ejercicio de su independencia y libertad, sin sufrir sujeción alguna por parte de la corona española ni de sus autoridades americanas. Por eso, ni la primera junta, ni la junta grande, ni los triunviratos, ni los directores supremos, ni los gobernadores, ni los primeros presidentes argentinos tuvieron la oportunidad de legislar sobre los mapuche. Simplemente, no tenían jurisdicción sobre el wallmapu”. Así explica Moyano la realidad de las comunidades mapuche al momento de la revolución de mayo en las tierras del sur. Sin embargo, la propia edificación del estado moderno y no directamente la colonia española, sería la encargada de avanzar sobre los territorios originarios a través de la guerra y la muerte. La paradoja, señala el autor “es que un grupo de gente bien intencionada comienza un proceso de construcción del estado argentino y al final del mismo, las comunidades originarias perdieron su libertad, su autonomía y autodeterminación”.
"La Campaña de Rosas"
En paralelo a cierta revitalización del pensamiento nacional, un sector de los historiadores argentinos abrazó la consigna del “revisionismo”, para narrar la "otra historia" y no la impuesta por el liberalismo. Una figura de transcendencia emerge recuperado por ese “relato”: Juan Manuel de Rosas, interpretado como una especie de “político moderno” amigo de los indios y enemigo de ciertos grupos dominantes (ver "Juan Manuel de Rosas" de Pacho O'Donnell). Intentándose colar entre la historia oficial y el revisionismo, Moyano recuerda que “en la campaña al desierto que comandó Rosas se produjo la primera excursión de tropas argentinas a lo que hoy es territorio rionegrino. Llega a Choel Choel en julio de 1832. Cuando estudiaba me decían que Rosas pactaba, que tenía indios amigos, pero también hubo una tremenda mortandad. A diferencia de la de Rosas, la de Roca  se emprende con el propósito expreso de controlar el territorio con la implantación de fortines para primeriar al ejército chileno. Igualmente, hubo una operación de pinzas entre los dos ejércitos para cercar a las comunidades indígenas en ambos lados de la cordillera”.
Viedma y Patagones “plurinacionales”
Contra toda una visión romántica de la relación entre colonos y pueblos originarios en la zona, Moyano propone entender estas relaciones bajo los contextos políticos y económicos de la época y las relaciones entre las propias parcialidades indígenas. “Entre la fundación de Carmen de Patagones y la campaña del Desierto las relaciones pacíficas predominaron pero hubo relaciones bélicas. Igualmente, hay que recordar que hubo un malón en mayo de 1829 contra Patagones que tuvo como lonko a Cheuqueta y quedó constancia por un viajero francés. Fue un malón grande donde había gente de naciones distintas con jefes mapuches y patagones lo que hecha por la borda esta idea de ambos pueblos estuvieron siempre enfrentados. Viedma era lo más parecido a una población plurinacional, con gente mapuche, gununa kuna, Ahoniken, además de las poblaciones. Queda claro que si bien hubo hostilidades, durante siglos privilegiaron las relaciones pacíficas". Y agrega "en un Trawn en el verano 1870 en la Ruka de Sayhueque confluyen tehuelche, mapuche, y ahoniken y se trata la invitación de Kalfucura de ir a guerrear a Patagones. La respuesta de los “manzaneros” fue privilegiar las relaciones pacificas con Patagones. El malón finalmente se dirige a Bahía Blanca y los “manzaneros” advierten que si se ataca a Patagones, ellos la protegerán”.
El colonialismo que sigue. A descolonizar
Una de las preguntas que surgen mientras avanza la alocución del autor es ¿Cómo puede pensarse a futuro un país que surgió en base a la eliminación sistemática de los pueblos originarios?.  ¿Que reparación es posible para pueblos que sufrieron vejaciones, torturas y campos de concentración?. En este rumbo, Moyano reflexiona: “en este tiempo ha habido grandes avances, pero el fenómeno colonial sigue vigente. Se caracteriza por la presencia de una potencia metropolitana que decide en función de los pueblos colonizados". Y se pregunta: ¿Son las comunidades mapuche las que deciden donde y cuando se van a instalar las petroleras en su territorio? o ¿Son el estado y las empresas?. El fenómeno colonial está vivito y coleando”. Al respecto, agrega acerca de la función ideológica que “hay un andamiaje intelectual que justifica esta relación. Los etnólogos del siglo XX pusieron sus conocimiento para legitimar la construcción estatal argentina. No para narrar la historia mapuche o Günün-a-küna, sino desde la visión del estado argentino y chileno. Y de ahí los estigmas que los mapuche vivieron de Chile, que exterminaron a los tehuelches o que no hubo mapuche al sur del río Limay cuando se originó la Campaña del Desierto”[2].
Nuevas/viejas resistencias
El recorrido de Moyano por la persistencia del sistema colonial lo lleva a deducir que siempre hubo resistencias y que, suponemos con él, las seguirá habiendo.  Si antes era el estado argentino avanzando sobre los territorios originarios hoy lo son los trasnacionales. Sin antes la resistencia se identificaba con los lonko y grandes malones, hoy lo hace con las recuperaciones territoriales y las luchas de los jóvenes mapuche en las ciudades. Moyano concluye: “somos colonizados. Todos tenemos que hacer algo con nuestro propio coloniaje”.






[1] Cita de Adrian Moyano en “Komutuam, descolonizar la historia mapuche en Patagonia”
[2] Estos mitos impuestos por la visiones dominantes son discutidos con abundantes datos históricos por Moyano en su primer libro “Crónicas de la Resistencia Mapuche”. 

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