QUIENES SOMOS?

"Los condimentos de la actualidad nos invitan a meter en la olla nuestras reflexiones, ideas y otras yerbas que nos atraviesan por formar parte de esta sociedad, de esta cocina que nos hace preguntarnos si estamos todos en el horno.
Nos juntamos para intentar cocinar algo nuevo con ingredientes viejos, pensando y debatiendo a partir de distintas recetas que nos invitan a crear nuevos platos.
A la olla metemos todo, lo que venga! Vamos a hacerlo colectivamente y lo que salga se puede tragar o no… según el paladar!"


QUIZÁS DEBAMOS SALTAR AL VACÍO, CAER EN LA OLLA....

Quizás debamos saltar al vacío, caer en la olla y quedar a la intemperie para despojarnos de todo preconcepto, si lo que deseamos es precipitarle un destino fatal a la colonización mental y material que se despliega sobre el acto de nuestra vida…

"¿y si la vida no fuera más que una suma de dolores donde no ocurren cosas?
Si me mato, no será para destruirme, sino para reconstituirme; el suicidio no será para mí más que un medio de reconquistarme violentamente, de hacer brutalmente irrupción en mi ser, de dejar atrás el incierto avance de Dios. Por medio del suicidio, reintroduzco mi diseño en la naturaleza, doy por primera vez a las cosas la forma de mi voluntad. Me libero del condicionamiento de mis órganos, tan mal adaptados a mi yo, y para mí la vida deja de ser un azar absurdo donde pienso lo que me dan a pensar. Elijo entonces mi pensamiento y la dirección de mis fuerzas, de mis tendencias, de mi realidad. Me coloco entre lo bello y lo feo, lo bueno y lo maligno. Me quedo suspendido, sin inclinación, neutro, preso del equilibrio entre las buenas y las malas peticiones."

Debajo de la piel, la historia del cuerpo subyace marcada sobre su carne. Aquellas marcas, se inscriben como huellas por el suelo, como una especie de trauma que sobrevuela el relato de los tiempos sin desplazamiento. Entonces, para avanzar se hace preciso pisar la cocina, calentar la olla, clausurar el tiempo, hervir la falta, reducir el plano moral que nos sujeta cuando no es debido, porque debido solo es el espíritu que nos alienta al calor del fuego a dislocar el orden que nos indigna, con algo más que hambre; y porque el brebaje de la razón ilustrada, es como un saco roto cuando se trata con locos que están hartos de permanecer oprimidos en el frasco del desarrollo. 
El alcance de nuestra voluntad yace aquí, dentro de esta olla dispuesta a fundirse con la vida misma si fuera necesario, en el intento de recuperar la memoria desmemoriada, para decir que es imposible la vida sin el agua, para señalar la panza con hambre, para reclamar por el monte sin sombra y por el hombre sin techo, para poner de manifiesto los buitres, el pibe chorro y la policía, mis vecinos y la justicia, el indio que está solo. Para denunciar la bala perdida y el gatillo fácil, el niño que trabaja y la piba que no vuelve, el palo que golpea, la ruta que se corta, las bombas que se caen, el pecado progresista, el reviente fetiche y su salpicón capital. 




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